Podría hacer referencia a la telefonía, a la telegrafía, al teletransporte, al teletrabajo, a la telemedicina… pero se ha ganado la categoría de palabra haciendo referencia al televisor. La tele, la caja tonta que aprendimos a querer primero y a odiar después. Se ha cargado de significados y ya no responde a la televisión, sino a la telecomunicación toda. A través de una pantalla, la “tele” se ha diversificado: banco, hacienda, cine, música, redes. Más que televisión, se ha quedado reducida a la pantalla, que sirve al mismo tiempo como periférico de entrada como de salida.
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